Talento literario y Superdotación

Adultos de Altas Capacidades

Talento. Todos tenemos algún talento. ¿Qué es el talento? Y, más concretamente, ¿qué es el talento literario?; ¿de dónde procede el talento literario?, ¿qué aptitudes intelectuales propician la cristalización del talento literario? ¿Todas las personas muy inteligentes pueden desarrollar un talento literario? ¿Solo los genios tienen talento literario? Estos son algunos de los interrogantes esenciales a los que trataré de dar respuesta a continuación:

 

El talento es el producto (dado que cobra forma en una producción específica) del desarrollo extremo de una o varias aptitudes intelectuales (entre las cuales, por descontado, están incluidas las motrices o, para que se me entienda mejor, las deportivas); lo más habitual, en cualquier caso, es que sea el producto de las interrelaciones de varias aptitudes intelectuales que han alcanzado elevados niveles de sofisticación y profundidad cognitivas. El talento, por tanto, está asociado a la alta capacidad intelectual.

 

Respecto a la clasificación de los diferentes talentos humanos, los investigadores internacionales de la inteligencia (al menos los que se insertan en el nuevo paradigma de la psicología cognitiva) han llegado a un consenso: existen, en primer lugar, los talentos simples (originados por el desarrollo extremo de una aptitud intelectual y de sus subaptitudes); en segundo lugar, los talentos complejos (propiciados por las interrelaciones de tres aptitudes intelectuales con un grado elevado de desarrollo); en tercer lugar, los talentos conglomerados (que son producto de las interrelaciones de varios talentos complejos y simples); y, en último lugar, un talento especial, una especie de supertalento originado por las interrelaciones de todas las aptitudes intelectuales humanas cuando éstas alcanzan un alto nivel de desarrollo (nivel que, obviamente, puede ser extremo en cada una de ellas). Este último talento —el más sofisticado y versátil; el menos frecuente— ha sido denominado por los expertos Superdotación Intelectual. Las aptitudes intelectuales que deben alcanzar un elevado grado de desarrollo (por encima del percentil 75) para que se produzca el fenómeno cognitivo de la superdotación son las siguientes: lingüística, matemática, espacial, lógica-inductiva, lógica-deductiva, memorística, interpersonal, intrapersonal, motriz, creativa y metacognitiva. Así pues, los individuos dotados con este supertalento logran —cuando se dan las condiciones personales, sociales y profesionales adecuadas— la excelencia en tareas intelectuales extremadamente complejas.

 

Una de esas tareas extremadamente complejas y sofisticadas es la creación literaria, en tanto que exige la comunión de muchas aptitudes intelectuales (y de rasgos de personalidad específicos) para producirse en condiciones de excelencia (cuando se produce en otras condiciones no resulta estimable y valiosa). Sin lugar a dudas, una obra literaria es un artefacto complejísimo compuesto de elementos heterogéneos que deben estar perfectamente ensamblados y armonizados: hay una estructura lingüística compuesta de varias capas (sintaxis, léxico, pragmática, retórica, etc.); un diseño arquitectónico externo y un diseño interno conformado por múltiples engranajes e intrincados mecanismos; una red de relaciones interpersonales y manifestaciones sociales; una indagación intrapersonal; una serie de reflexiones filosóficas explícitas o implícitas; y una intención de originalidad que afecta a todo el diseño.

 

Por tanto, un escritor ha de ser un buen lingüista, un buen arquitecto, un buen ingeniero, un buen psicólogo, un buen sociólogo, un buen filósofo y un buen creativo al mismo tiempo. En otras palabras: un escritor solo puede producir literatura excelente si es superdotado. De lo que se deduce que todos los escritores que han producido, producen y producirán alta literatura eran, son y serán superdotados.

 

Son muchos los escritores que ignoran su condición, que no saben de dónde procede exactamente su talento literario. Circunstancia esta que, afortunadamente, no les impide crear obras literarias valiosas y, en algunos casos en los que el talento deviene en genialidad gracias a la aprobación unánime del contexto histórico, imperecederas.

 

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1. Mi experiencia con alumnos de Altas Capacidades.

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