Reseña literaria: 'Ensimismada correspondencia'

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Portada del libro de relatos 'Ensimismada correspondencia', cuyo autor es Pablo Gutiérrez. Editorial Lengua de Trapo.

Título: Ensimismada correspondencia

Autor: Pablo Gutiérrez

Editorial: Lengua de Trapo

Páginas: 157

Precio: 17 euros

ISBN: 978-84-8381-115-3

 

 

 

 

Tras la excelente y exitosa Nada es crucial (Lengua de Trapo, 2010), Pablo Gutiérrez (Huelva, 1978) nos presenta Ensimismada correspondencia (Lengua de Trapo, 2011), un volumen de relatos que, según se indica en la edición, resultó Finalista del II Premio de Narrativa Breve Rivera del Duero (es decir, figuró entre los siete finalistas de este certamen convocado por la editorial Páginas de Espuma). Es obvio que, dado que Pablo Gutiérrez ha logrado desde el 2010 una merecida repercusión mediática, el autor onubense accedió directamente a la final del certamen de este año, que terminó ganando, cómo no, un escritor de mayor jerarquía, porque evidentemente este galardón —dotado con 50000 euros— no está destinado a escritores noveles o escasamente conocidos. Por tanto, la mención honorífica que figura en la solapa del último libro de Pablo Gutiérrez es irrelevante; nada nos dice sobre la calidad de los relatos que recopila.

 

Sin embargo, una lectura atenta de estas narraciones breves (liberada de los prejuicios que la mercadotecnia editorial inocula), sí que nos permite determinar con bastante fiabilidad la calidad de esta obra, en la que, desafortunadamente, no reconocemos ni la madurez literaria, ni el ingenio verbal, ni los consistentes y eficientes mecanismos narrativos que atesoraban las dos anteriores novelas del autor.

 

Así, el primero de los relatos, Ultramort, centrado en la figura del poeta Gil de Biedma, se pierde en su propio hermetismo y en su propia confusión. En Antipoema 20 se construye una convencional y anodina historia de amor juvenil a partir de la glosa de famosos versos de Pablo Neruda. Razia es un texto insustancial. Georgina Hübner, en el cielo de Lima, el relato más largo del volumen, presenta un desarrollo errático y, además, el poco interés que suscita desde el comienzo se diluye pronto, en cuanto se abandona el conflicto inicial y la hermosa Georgina cobra protagonismo. Virgen de las aguas, aunque resulte algo caótico en su construcción, logra plasmar eficientemente el conflicto moral del protagonista, su doble degradación, su sentimiento de culpa. Mujercitas pretende ser una suerte de alegoría y termina siendo un auténtico despropósito. Conferencia es un cuento notable que captura la esencia despreocupada de la adolescencia, esa libertad impune, y la enfrenta a la realidad despiadada de los adultos por mediación de un narrador lúcido y sincero que —he aquí la paradoja— se comporta, a su pesar, hipócritamente. Gigantomaquia, que trata sobre un deportista de élite que comete una atrocidad involuntariamente, exhibe también un desarrollo caótico, aunque el resultado es correcto. Finalmente, Búsqueda.doc y Ensimismada correspondencia son los mejores relatos del volumen (aunque tampoco merecerían figurar en una antología que recogiese la excelencia literaria); el primero, porque construye con demoledora crudeza el retrato verosímil de una adolescente de elevada aptitud intelectual asediada por la angustia y la soledad; el segundo, porque despliega con gran cantidad de matices la voz de una mujer de mediana edad que, dirigiéndose a un amor frustrado de su juventud, reflexiona críticamente sobre las decisiones sentimentales que ha tomado a lo largo de su vida y, sobre todo, sobre sus consecuencias.

 

En lo estilístico, Ensimismada correspondencia es un libro homogéneo, a pesar de que acoge voces narrativas heterogéneas que recurren al monólogo interior (con la excepción de la voz omnisciente del relato Georgina Hübner…, que también presenta los mismos rasgos de estilo). Esta circunstancia daña severamente la verosimilitud de los relatos, la que concierne a la individualidad de las voces narrativas aquí reunidas. Otra mácula importante es la relacionada con determinadas deficiencias en el empleo de los signos de puntuación (concretamente, se recurre a la coma de forma indiscriminada; en innumerables ocasiones las comas deberían haber sido sustituidas por otros signos de puntuación más adecuados). Podríamos atribuir la responsabilidad de dichas deficiencias a una voz narrativa concreta (y, por tanto, exonerar al autor) si éstas no afectasen a todos los relatos.

 

Es muy probable que la mayoría de las narraciones breves que se han recopilado en Ensimismada correspondencia las escribiera Pablo Gutiérrez hace ya mucho tiempo. En cualquier caso, éstas salen malparadas de la comparación con las dos novelas del autor, que sin duda ha dado un paso atrás en su carrera literaria.

 

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